«Ante el dolor de los demás»

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» La acusación de «estetizar el horror»es demasiado confortable, ignora demasiado la compleja intrincación entre la intensidad estética de la situación de excepción capturada por la mirada y la preocupación estética o política por dar testimonio de una realidad que nadie se preocupa de ver.»( J. Ranciere, a propósito de Kevin Carter)

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Un conjunto de hitos significativos que me ha tocado experimentar ( o que estoy por experimentar en estos días) me ha llevado a la reflexión acerca de la temática que plantea Susan Sontag en este libro:  la de la fotografía, el quehacer fotográfico y la violencia, el horror, la injusticia , la guerra.
Esta pregunta ética ( y también estética) acerca de cuál es rol de la fotografía en contextos de guerra, acerca de cómo el horror y la miseria deben o no mostrarse_ la obscenidad y la pornografía , por un lado: la visibilización, la mirada crítica y la denuncia,  por otro_ sigue estando latente, movilizando nuestras miradas: las de quienes recorremos museos, galerías y libros y nos encontramos ante estas imágenes y  las de quienes las capturan y trabajan con ellas.

Sin duda, el problema es complejo y contempla diversos hitos de la historia de la fotografía que evidencian su transversalidad: Diane Arbus, Kevin Carter, Sebastião Salgado y Alfred Jaar constituyen algunos de sus referentes más conocidos. En el ámbito de la discusión sobre «estas» imágenes, valiosos resultan los aportes de Barthes, Didi- Huberman y Jacques Ranciére, sólo por mencionar algunos de los teóricos más citados en el abordaje reflexivo de esta problemática.

La representación del horror , sus estrategias; la estetización de la violencia; el tópico de lo irrepresentable e inenarrable a partir de la Shoá;  cómo representar la desaparición en las recientes dictaduras latinomaericanas; cómo se involucra el fotógrafo en contextos de movilización social;  qué pasa con la mirada antropológica de la miseria; qué pasa con los sujetos fotografiados, para qué fotografiar(l@s);  qué sucede con la circulación de las imágenes, qué pasa con la anestesia frente al horror, qué pasa con la saturación ( y consecuente nueva invisibilización) de estas fotografías  que intentan denunciar el horror?
Estas son sólo algunas de las preguntas que volvieron a aparecer frente a mí en estos días, a propósito de mi visita a la exposición de la World Press Photo 2013 en la Teléfónica; la noticia del premio Rodrigo Rojas de Negri a Alejandro Olivares ( y su trabajo  » Living Periferia») ; la revisión detenida del libro » Irredimible» de Cristian y Marcelo Montecinos;  la inauguración (hoy) de la muestra «Imágenes de la memoria» de Luis Navarro en la Estación Mapocho; la visita al Museo de la Memoria y la exposición de Camnitzer en el mismo lugar; el Coloquio de Fotografía de hace unos días en la Biblioteca Nacional; el sinnúmero de actividades, exposiciones, seminarios y congresos con motivo de la conmemoración de los cuarenta años del Golpe de Estado en Chile; la cantidad de exposiciones por ver agendadas y el bombardeo de imágenes y programas_ necesarios, espectacularizados y angustiantes a la vez- que han poblado la televisión chilena por estos días, más allá de los noticiarios.
Para abrir este debate, entonces , les dejo este texto emblemático para descargar y alimentar la reflexión: » Ante el dolor de los demás» de Susan Sontag. Espero, prontamente, ir subiendo y comentando otros textos que nos ayuden a comprender la compleja trama de problemas como éste. ¡ Saludos!

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